Un trabajador, aquejado de una importante patología auditiva con grado de discapacidad reconocida del 51%, es despedido disciplinariamente por incumplir reiteradamente su obligación de utilizar el obligatorio equipo de protección individual, en concreto los cascos de protección auditivos, a pesar de la información y formación recibida en materia de prevención de riesgos laborales y de ser advertido verbalmente por su encargado, habiendo sido sancionado y apercibido en diversas ocasiones anteriores.
 
El despido es declarado procedente en primera instancia y en suplicación el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en su sentencia de día 1 de julio de 2019, lo confirma y encuadra la causa en la indisciplina o desobediencia en el trabajo tipificada en el art.54.2 b) del Estatuto de los Trabajadores por entender que tal medida es proporcionada al no tratarse de un episodio aislado, sino reiterado y de evidente gravedad.